En la actualidad, las dinámicas mundiales han tenido que cambiar para evitar la propagación del virus denominado COVID-19. Si bien, las principales medidas que se han tomado en el mundo han sido el aislamiento de las personas y por ende, el cese de actividades de la mayoría de sectores de la economía, han surgido otros retos para la sociedad, uno de ellos, las formas de supervisión para continuar con la vigilancia y el control de delitos como el Lavado de Dinero, el Financiamiento del Terrorismo y la Corrupción. Por este motivo, surge como aspecto esencial, identificar las capacidades, los nuevos desafíos y acciones que deben implementar los Oficiales de Cumplimiento para cumplir estas tareas dentro de las organizaciones. Asojuegos analizó el rol de los Oficiales de Cumplimiento en general y con mayor atención en esta época.
Si bien la mayoría de empresas y oficiales de cumplimiento se encuentran ejerciendo sus labores para mitigar los riesgos de delitos, para Miguel Antonio Gómez, director de riesgos de la Red Colombiana de Servicios S.A. – Redcolsa— y a su vez es presidente del Comité de Oficiales de Cumplimiento de Asojuegos, opina que “es vital que ante esta situación no se bajen los controles sino que por el contrario estos deben ser fortalecidos dado a que nos enfrentamos a nuevas y diferentes operaciones. Es necesario replantear la Auditoría y el Cumplimiento de prevención LAFT a la Crisis del Covid-19 debido a que muchas operaciones ya se efectúan desde casa, a nivel remoto y pueden llegar a presentarse dificultades a la hora de ejecución de los procesos, procedimientos y controles”.
Jamileth Vargas Saucedo, oficial de cumplimiento de la red transaccional ‘Superservicios del Oriente S.A’, menciona, las que para ella, deben ser las cualidades y capacidades que debe ejercer el responsable de riesgos al interior de la compañía, “desde la composición del ser, un oficial de cumplimiento debe ser una persona íntegra, transparente en la ejecución de los procesos empresariales, dotada de cualidades morales y éticas que lo identifiquen en su desempeño laboral y profesional; cuyas virtudes actitudinales lo caractericen y estas hagan sinergia con sus competencias y conocimientos en beneficio de las tareas de supervisión, veeduría y acompañamiento de las buenas prácticas organizacionales que tiene a su cargo.
Adicionalmente debe poseer capacidad de análisis, independencia y con competencia necesaria para guiar en la administración del riesgo, le cual se adapta al sistema organizacional”.
Es en este punto, en el que además de contar con la experticia de los Oficiales de Cumplimiento en los retos que se presentan en el día a día, ellos y las organizaciones se deben enfrentar a nuevos desafíos debido a la crisis de salud mundial que se vive actualmente. René Castro V., vicepresidente de Rics Management y asesor de Asojuegos en la prevención del riesgo de LA/FT, opina que “las organizaciones deben mirar críticamente a la situación a corto y mediano plazo de sus propios negocios y compromisos, ya sea mitigados por medidas gubernamentales o de otra manera, utilizando proyecciones realistas, así como ver lo que está sucediendo con su base de clientes y cadenas de suministro”.
Igualmente, Castro manifiesta que “en cuanto a la debida diligencia que las empresas deben efectuar aun en tiempos de pandemia, las empresas siguen siendo legalmente responsables de sus propios fallos de cumplimiento y, en algunas circunstancias, de aquellos dentro de sus cadenas de suministro, y por este motivo la debida diligencia efectiva sigue siendo primordial, a pesar de los obvios problemas logísticos. La necesidad de diligencia debida sigue siendo esencial, ya que los tiempos de crisis del mercado crean oportunidades para insertar amenazas en las cadenas de suministro a través de puntos débiles de fraude o soborno y corrupción”.
Adicionalmente, a estos nuevos retos de carácter delictivo, se encuentra el de adoptar nuevas dinámicas para ejercer el debido control y hacer caso oportuno a las medidas de aislamiento obligatorio que se han proclamado por los gobiernos de la mayoría del mundo. Vargas, recalca la importancia de la utilización de la tecnología, como herramienta fundamental para lograr este objetivo, “la conjugación entre mano de obra, ciencia y la tecnología, hasta hace unos meses atrás era una de las dinámicas de mayor reto a los cuales se veía expuesta la labor del oficial de cumplimiento; pero hoy, se obliga a conjugar dichos conocimientos en tiempo récord para que la vida productiva de la organización no termine fulminada. Por eso se obliga a estudiar todas las actividades que se realizan en la organización, e innovar dichas actividades para que sean ejecutadas mediante la ayuda de innovaciones tecnológicas, aprovechando el conocimiento y la experticia de nuestro talento humano; esto reforzado con mediciones cuantitativas, para estar monitoreando el rendimiento productivo de los procesos, sacando provecho de toda la infraestructura cognitiva, física y tecnológica con la que cuenta la empresa”.
Son nuevos los desafíos para todos los sectores empresariales y de nuestra sociedad para lograr superar las dificultades propias del coronavirus, sumados a los retos que enfrentan las organizaciones, que se han tenido que reinventar en sus dinámicas de control, de comercio y de permanencia en el mundo.