Si bien, la gran parte del dinero conseguido por organizaciones criminales a través del narcotráfico es lavado por medio del contrabando de mercancía, para después ser comercializada en centros comerciales de las principales ciudades del país, como se descubrió en la Operación Imperio II en enero del pasado año 2018, en el que se reveló que la red criminal a través de ropa y calzado, defraudó al fisco por alrededor de 380.000 millones y cerca de US$50 millones en movimientos injustificados entre Colombia y Panamá, según el departamento de Control y Aduanas de Estados Unidos.
Sumado a esto, y a la certeza de las autoridades colombianas de que el contrabando sigue siendo el mecanismo más utilizado por estos delincuentes para intentar legalizar los dineros, anteriormente exclusivos del narcotráfico, y ahora también ganancias del “gota a gota”, la trata de personas y la minería ilegal, han surgido nuevas modalidades de Lavado de Activos, que se basan en transacciones electrónicas que facilitan el recorrido de sumas de dinero por varios países y cuentas, alrededor de unas 15 o 20 veces, antes de llegar al país de destino, todo con el fin de engañar a las autoridades.
Por otro lado, ha tomado fuerza el término de ‘broker’, cómo mecanismo para mover el dinero, a través de intermediarios, ya sean personas o grupos, encargados de mediar transacciones entre compradores y vendedores, a cambio de una comisión (Brokers), normalmente ubicados en Panamá o Miami, los cuales son utilizados como enlaces para mover el dinero sin necesidad de enviarlo de un país a otro, eliminando cualquier rastro del dinero. “Un narcotraficante logra llevar un cargamento a EE. UU, generando una cantidad de dinero y necesita traerlo a Colombia. El ‘broker’ consigue a un contrabandista que tenga cualquier tipo de mercancía en Colombia y se produce la transacción. El narco tiene la mercancía y el contrabandista en el extranjero, tiene el dinero en efectivo.” Según describe la fuente citada en el artículo publicado por la Asociación Colombiana de Seguridad (Asosec), en el año 2019.
Por otro lado, surge una modalidad de contrabando para evitar sospechas en las aduanas, conocida como “Tercerización”, mecanismo utilizado para cambiar el origen de la mercancía. El producto que viene inicialmente de un país, se envía hacia un destino momentáneo y de ahí se remite al país de destino, eliminando el rastro de procedencia original. Otra forma de engaño a las autoridades es cuando se alteran las características técnicas de los objetos mientras vienen en camino hacia el país, para reducir los costos de aranceles.
Una vez estén los dineros dentro del territorio nacional estas organizaciones criminales, intentan invertir dichos bienes en negocios o actividades lícitas, para legalizar estos dineros. Dentro de los negocios más atractivos para lavar el dinero, se encuentra la compra de bienes raíces (Casas, apartamentos, lotes, fincas, etc) que son puestos a nombre de familiares o terceros. Es preciso resaltar, el incremento en la utilización de negocios legales, como canchas sintéticas, moteles, estaciones de servicio, entre otros, como fachada para intentar legalizar dichos recursos.
El lavado de activos, según lo definen investigadores y fiscales consultados por Asosec, son delitos difíciles de probar. También aseguran, son muchos fiscales y jueces que no están bien preparados para tratar estos delitos, y esto conlleva a que los criminales sean juzgados por delitos paralelos al lavado de activos, como contrabando, trata de personas, enriquecimiento ilícito, entre otros. Generando un enorme vacío a la hora de juzgar estas personas u organizaciones por delitos de lavado de activos y que por supuesto, requiere una pronta atención ante las nuevas modalidades de cometer este tipo de hechos criminales.